El plástico es un material económico que facilita el ahorro de energía gracias a «su bajo peso, sus grandes prestaciones y su alto poder aislante». Según la Confederación Española de Empresarios de Plásticos, estas características le hacen un asiduo de las tuberías que se localizan en edificios públicos, viviendas y lugares de trabajo. El cloruro de polivinilo (PVC) y el polietileno son los plásticos más frecuentes debido a su versatilidad. Son óptimos para redes de abastecimiento de agua potable, saneamiento, riego y evacuación de aguas residuales y pluviales. Además, el polietileno es adecuado para distribución de gas, mientras que el polipropileno (otro plástico) se emplea para canalizaciones sin presión.
La Asociación Española de Fabricantes de Tubos y Accesorios Plásticos, AseTUB, destaca los «innumerables» avances técnicos de este material, tales como: facilidad de instalación, resistencia mecánica, flexibilidad, estanqueidad, resistencia a la abrasión, ausencia de incrustaciones (por ejemplo, de cal), inalterabilidad en el tiempo, resistencia a agentes químicos (ácidos, bases, sales y oxidantes) y reciclabilidad. La mayoría de los tubos de plástico se pueden reutilizar en la fabricación de otros tubos.
Por otro lado, las tuberías de plástico son ligeras, lo que facilita su transporte, manipulación, almacenaje e instalación, y requieren poco mantenimiento.
Tampoco trasmiten ningún sabor u olor, soportan presiones altas, no son combustibles (buen comportamiento ante el fuego) y tienen una menor conductividad térmica que las tuberías metálicas, por lo que apenas influyen en la temperatura de los fluidos que las recorren. En cuanto a las paredes interiores, son lisas y reducen la pérdida de presión por contacto (fricción). Las tuberías de plástico permiten canalizaciones sin uniones, lo que reduce el riesgo de fugas.
Otras ventajas de las tuberías de plástico, según la PlasticsEurope (Asociación Europea de Fabricantes de Plásticos), son la posibilidad de realizar canalizaciones sin uniones, lo que reduce el riesgo de fugas en sistemas de calefacción por suelo radiante y refrigeración mediante techo refrigerante, y el ahorro económico y de obras que implica la protección de cables subterráneos en tubería de plástico, «ya que la instalación y el desmontaje de cables se hace fácilmente sin abrir las vías».